Yo también quiero

Qué bien vive. Hay que ver, siempre viajando, ¿de dónde sacará el dinero? Vaya sitios más bonitos, lástima que yo no me lo puedo permitir…

Más de uno y una hemos pensado lo anterior al ver a algún/a instragramer, youtuber o blogger de viajes. Nos ha corroído la envidia (sana o no) y la curiosidad de saber cómo lo hacen o consiguen, cómo puede la gente hacer uno, dos o más viajes al año cuando nosotros muchos meses tenemos que hacer malabares a partir del día 15 o 20 (dependiendo de cuándo nos ingresen la nómina).

La que escribe nunca ha tenido el placer de estar contratada en un trabajo estable y bien remunerado (a veces ni he tenido el lujo de tener un contrato de trabajo) pero aún así he podido salir del territorio nacional (Gibraltar no cuenta) hasta un máximo de 2 veces al año, que teniendo en cuenta la precariedad de mi situación, no es algo baladí.

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Para ello, tanto esta servidora como mi compañero de aventuras, hemos tenido que sacrificarnos un poco antes, durante y después de cada viaje. No nos hacemos una idea de la cantidad de caprichos prescindibles que podemos tener a lo largo de la semana, al igual que tampoco somos conscientes de lo barato que podemos viajar.

Seguramente estaréis pensando en el típico viaje de mochileros con el saco de dormir a cuestas, hostels con olores y ruidos nocturnos nada agradables y bocadillos de máquinas de vending. Si habéis leído nuestra página de Inicio (si no, estáis tardando) comprobaréis que no son esas nuestras intenciones cuando nos subimos a un avión. Aún siendo pobres somos un poco sibaritas, por lo que por ejemplo, el tener baño privado en nuestro alojamiento es un MUST.

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Nuesta intención no es más que hacer ver que se puede estar, por ejemplo, 6 días de ruta por Italia (Milán, Venecia, Florencia y Roma) por menos de 600€ (alojamiento+vuelos+desplazamiento entre ciudades+museos+comida, etc.); que, al contrario de lo que mucha gente cree, te puede salir igual de precio viajar por España que moverte por cualquier país europeo; que puedes comer, beber y disfrutar un país diferente al tuyo por menos de lo que te costaría un resort en cualquier cuatro estrellas de la costa. Que sí, que a todos nos gusta tirarnos en la tumbona y que nos lo hagan todo, pero la jubilación es larga, ya tendremos tiempo de descansar 🙂

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